Desde que se anunció una nueva edición del Festival Hell And Heaven, se prendieron las alarmas en la escena metalera latinoamericana; más aún, cuando se anunciaron los artistas que harían parte del lineup; Judas Priest, Megadeth, Deep Purple, Ozzy Osbourne por solo nombrar algunos de los grupos, alertaron a más de un metalero que haría lo posible por estar en el festival que se llevaría a cabo en la Ciudad de México. Colombia hizo parte de este encuentro, congregando a más de 200 asistentes de las principales ciudades del país.
El punto de encuentro seria el Autódromo de los hermanos Rodríguez de la ciudad de México, cercano del aeropuerto internacional, y rodeado de importantes avenidas que hacían más fácil la llegada de los asistentes ya fuera por metro, bus o auto particular, aunque los parqueaderos se llenaron rápidamente, las calles alrededor del autódromo, sirvieron como parqueaderos improvisados. Con 2 accesos, se esperaba la llegada de cerca de 160.000 asistentes en los 2 días del evento, quienes podrían disfrutar de 4 escenarios. Los 2 principales llamados Corona Hell Stage y AT&T Heaven Stage, los cuales eran contiguos, y otros 2 que estaban en el extremo opuesto llamados True Metal Stage y Alternative Stage.
En todos los escenarios se contaba con un área lateral VIP, donde los asistentes tendrían mayor comodidad al contar con carpa, sillas, mesas y baños exclusivos y con un amplio catálogo de bebidas y alimentos. En los escenarios Hell y Heaven se tenía una zona preferente al frente, donde los asistentes podrían disfrutar más cerca de los escenarios por un precio medio de entrada. En los otros escenarios no se tenía zona preferencial sino una amplia zona general rodeada por zonas de bebidas, alimentación y de entretenimiento, como salones de tatuajes, salas de videojuegos, se podían ver exhibiciones de piruetas en motocicleta, y comprar el merchandising oficial de las bandas y del festival. Sin olvidar el gran servicio ofrecido por el personal médico y de emergencias. Los precios de los alimentos iban desde los $10.000 hasta los $30.000, con una amplia selección de hamburguesas, tacos, burritos, y demás comida tradicional mexicana, la cerveza corona se conseguía a $15.000 el vaso de litro.
Las presentaciones del día sábado iniciaron a las 2:40 pm, con escenarios con buena asistencia de público, a pesar de la hora, bandas nacionales como Ágora, Sierra León, Jet Jaguar, empezaban a animar a los asistentes que iban recorriendo la amplia zona dispuesta por el festival.
Como único representante por Colombia, VEIN hizo su debut en el escenario True Metal, recibiendo una gran acogida del público local, recibiendo amplios reconocimientos y aplausos al final de su actuación, en el escenario Heaven, procedentes de Alemania, la banda Kadavar, con su rock psicodélico nos dejó un sabor a melodías de Led Zeppelin y de Black Sabbath, sin lugar a dudas una de las bandas recomendadas que podremos disfrutar en la próxima edición de Rock al Parque. Empezaban a caer las primeras gotas de lluvia en la presentación de Testament, aunque tuvieron algunas fallas en el sonido, no hicieron mella en la persistencia de los asistentes que disfrutaron de temas como ‘In to the pit’, ‘The Pale King’ entre otras.
Refused en el escenario Hell, los portugueses Moonspell con su nueva producción ‘1755’, en el escenario True Metal y Dead Cross, con Dave Lombardo en la batería y Mike Patton en las voces en el escenario Heaven, ponían en serios aprietos a los fanáticos, al presentarse a la misma hora, pero en diferentes sitios, y para completar acompañados con una lluvia torrencial que pudo llegar a interrumpir el festival pues la cantidad de agua y truenos eran para preocuparse por la seguridad de los asistentes, que inconscientemente buscaban refugio bajo los árboles, exponiendo su seguridad física.
Justin Hawkins cantante de The Darkness se robó el show al finalizar su presentación junto al público, no importo la lluvia, Hawkins se bajó del escenario al ser levantado por la ola del público que lo llevaba de un lado al otro mientras interpretaba un largo solo de guitarra. Mastodon es un grupo que no necesita presentación, con su rock progresivo y virtuosismo iban preparando el terreno para los gigantes que cerrarían los escenarios principales, Deep Purple y Scorpions. En el cierre del Alternative Stage, Bad Religion, emocionó con su punk rock al público presente, mientras Greg Graffin lanzaba dardos a las personas que se encontraban en la zona vip, por no disfrutar bajo la lluvia del show.
Dos de los pesos pesados llegaron a las tarimas principales; Deep Purple iniciando su show con ‘Highway Star’ despedía por fin a la lluvia; un Ian Gillian esforzado al máximo, dio un gran espectáculo, se debe entender que ya los años han hecho su trabajo en la banda, es notable el esfuerzo que realizan por mantener encendida la llama del rock. Por su parte Scorpions, dejó boquiabierto a más de un asistente, dada su calidad y entrega. Fue notable el homenaje al gran Lemmy Kilmister, al reclutar a su baterista Mikkey Dee e interpretar ‘Overkill’, tema insignia de Motorhead, así como al dar un paseo musical por su amplio repertorio, con baladas como ‘Still Loving You’ e himnos del rock como ‘Rock you like a hurricane’.
El segundo día inicio con una duda sobre el clima, la mayoría de los asistentes llevaban bolsas y chaquetas, previniéndose de la lluvia, lo que no esperaban era que el día iba a estar candente con algunas de las mejores bandas del metal. Con boletería agotada y un amplio repertorio de bandas mexicanas entre las que se destacaron Lack Of Remorse, Strike Master y los ya habituales visitantes a nuestro país, Los Viejos, se abrieron los escenarios. Los veteranos Saxon, ya curtidos en las lides de los festivales, aglomeraron una gran cantidad de público al Hell Stage, por su parte Tankard y Nervosa deleitaron a los fanáticos del thrash metal en el True Metal Stage, seguidos de los locales Brujeria que compitió en el horario con los franceses Gojira, banda que llamaba la atención de un número importante de asistentes. Seguido del show de death metal francés, llegó el turno de Marilyn Manson, quien lastimosamente no pudo gozar de un buen sonido, y lo llevó a no mostrar el mayor interés de cumplir con las demandas del show y de lo asistentes, quizás por esto, el público catalogo a este como uno de los shows más flojos de todo el festival.
Uno de los iconos del thrash norteamericano hizo su aparición; Megadeth, con Dave Mustaine a la cabeza, ofreció una contundente tormenta de grandes éxitos, ‘Holy Wars’, ‘Hangar 18’, ‘In My Darkest Hour’, al tiempo que otro titán del thrash, Overkill, igualaba la apuesta en el escenario alterno. Al final los fanáticos se congregaron en gran medida en los escenarios principales, sin dejar de lado a la bella Simone Simons junto a Epica, quienes cerraron el True Metal Stage, los asistentes se disponían a disfrutar de Judas Priest, quienes presentaban algunos temas de su nueva producción ‘Firepower’, combinados con los memorables éxitos de los británicos, ‘Breaking The Law’, ‘Painkiller’ entre otros. Aunque fue notoria la ausencia del guitarrista Glenn Tipton, su reemplazo Andy Sneap dio lo mejor de sí para complacer al público.
Como acto final de este festival; llego el turno del gran Ozzy Osbourne; quien está presentando su última gira junto al gran guitarrista Zakk Wylde. Osbourne mostró un montaje visual sorprendente donde él aparecía en imágenes de su tierna infancia, su paso por Black Sabbath y su carrera en solitario. Un repertorio lleno de éxitos e himnos del metal, emocionó a la multitud, expectante a que esta no sea la última vez que podamos disfrutar del ‘Principe de las tinieblas’ en los escenarios.
Los fuegos pirotécnicos acompañaron las imágenes en las pantallas de músicos y cantantes insignias del metal ya desaparecidos, este homenaje sirvió como despedida de la versión 2018 del festival Hell & Heaven; seguramente el otro año tengamos una nueva versión, esperemos que el cartel este a la altura y que tenga la misma calidad que la ofrecida en esta oportunidad.