La tienda Neseblod, antiguamente conocida como Helvete, resultó afectada por incendio

En la noche del martes 10 de abril, se declaró una emergencia y total evacuación del edificio ubicado en el número 56 de la calle Schweigaard en la ciudad capital de Noruega debido a una cantidad alarmante de humo denso en el lugar. Quizás solamente la dirección no ofrezca muchas pistas directas para saber qué funciona allí, pero el primer piso y el sótano del inmueble corresponden a la tienda de discos Neseblod.

El comercio intenso de discos y piezas musicales de colección comenzó allí en 1991 en aquella modesta esquina con la apertura del legendario Helvete por parte de Øystein Aarset. Con el tiempo el lugar se convertiría en un epicentro de tránsito casi obligatorio para las obras discográficas de metal extremo en Europa del norte. El trabajo de distribución, intercambio y promoción que se generó allí constituyó un gran referente para el metal e incluso continuó después del deceso de su entonces propietario en agosto de 1993.

Al mando de Grete y Kenneth, la tienda de discos retomó actividades en firme desde 2013 y se ha mantenido como un establecimiento de renombre fungiendo socialmente como almacén musical y pseudo-museo con relevancia histórica en Oslo. Visitantes de varios países pasaban por el lugar a penas hace una quincena durante el festival Inferno, que se celebra en esta ciudad anualmente; y hoy lamentablemente tenemos que ver las fotografías de trabajos discográficos parcial o totalmente en cenizas.

La dependiente y copropietaria reportó a los periódicos a las 11 de la noche que no podía entrar al edificio porque los bomberos habían hecho presencia y ya estaban intentando controlar las llamas. «No tenemos claro qué ha sucedido. Sólo estoy esperando fuera pues no nos dejan entrar al local. Se ve mucho humo y por ello no es posible calcular los daños aun», notificaba Grete Johanne al hablar con los reporteros del diario El devenir mundial (‘Verdens gang’, según el idioma original) a unos escasos metros de la estación de bus Oslo Gate al otro lado de la calle. Por su parte, Kenneth Neseblod, el otro copropietario especula que un enchufe eléctrico viejo pudo haber ocasionado la ignición. Las autoridades están investigando el caso para establecer la causa del incendio. El jefe del Cuerpo de bomberos y defensa civil, Robert Gudmundsen, ha relatado que por suerte el fuego se extinguió con relativa prontitud. Durante el día posterior al percance se leía un aviso en la fachada del local que anunciaba que estaba «Cerrado por cause de incendio».

Durante los días posteriores al incidente procedieron a rescatar el material que no había sido destruido por las llamas y el balance preliminar revela que mucho de lo que estaba en el sótano sufrió grandes daños y que una parte de las cajas y sobres podría reemplazarse para poder alojar los discos compactos y acetatos que resultaron intactos. Durante la semana pasada hizo una invitación pública para recaudar apoyo económico por redes sociales para poder amortiguar el impacto económico que sufrió el establecimiento comercial. El 17 de abril se unió también a la campaña de contingencia el bar Kniven, socio del festival Inferno, en donde se realizará un concierto con las agrupaciones locales Sovereign, Ruun y Gloombound. El recaudo del evento está igualmente destinado a respaldar a Neseblod en su recuperación del siniestro.

Al entrar a la tienda de discos, se solía ver artículos en una sección de exhibición dedicada a antiguos promos y recuerdos de la sala de ensayo de Mayhem. Entre las curiosidades que allí moraban, reposaba un ejemplar en cassette de ”Sacrilegio” de Parabellum (visible entre una estatuilla mefistofélica y otra cinta de Gorgoroth en la fotografía de abajo). El sótano era también una bóveda que contenía miles de vinilos, afiches y telones con relevancia al nacimiento y desarrollo del metal oscuro y otras piezas que habían sido coleccionadas y cuidadas con recelo desde los años noventa. Ahora las imágenes del desastre que Grete ha compartido en sus perfiles digitales públicos y otros medios informativos muestran el lamentable estado de algunos de aquellos estantes. Se puede constatar que la candela fundió muchos larga duración y discos compactos. Mucho del material en las imágenes luce bastante deteriorado por el efecto de las llamas. Trágicamente, la escena osloita y las brasas son noticia una vez más. Esto es sin duda una pérdida indescriptible y calamitosa para la documentación histórica de la escena musical extrema mundial.