La tercera edición del Festival Cordillera, celebrada en el icónico Parque Simón Bolívar de Bogotá, reunio lo mejor del rock y música alternativa del continente, consolidando a Bogotá como un epicentro musical y cultural en la región.
El Festival Cordillera es más que un simple evento musical; se ha convertido en una plataforma para resaltar y celebrar la diversidad cultural y la identidad latinoamericana. La fusión de géneros como el rock, ska, reggae, cumbia y el rap alternativo, reflejan una pluralidad sonora que resuena con varias generaciones y celebra la riqueza de las raíces musicales de la región. El evento no solo contribuye al fortalecimiento de la industria musical local, sino que también promueve un sentido de comunidad entre los asistentes. Los espectadores, procedentes de diferentes rincones de Colombia y del extranjero, se conectan a través de la música, compartiendo una experiencia que trasciende las barreras geográficas y lingüísticas.
La tercera edición del festival fue especialmente poderosa gracias a un line-up legendario, compuesto por bandas que han sido fundamentales para la música en español:
- Molotov, con su característico estilo irreverente y mensajes de crítica social, incendió el escenario con himnos como «Gimme the Power» y «Frijolero», haciendo vibrar al público con su mezcla de rock y rap.
- Vilma Palma e Vampiros, una banda que evoca nostalgia con clásicos del rock latino de los años 90, ofreció un show lleno de energía que cautivó a las audiencias con temas como «Auto Rojo» y «La Pachanga».
- Los Fabulosos Cadillacs, con su inconfundible fusión de ska y rock, crearon uno de los momentos más emocionantes del festival. Canciones como «Matador» y «El Satánico Dr. Cadillac» resonaron con fuerza, haciendo bailar a todos los presentes.
- Bersuit Vergarabat, conocidos por sus letras satíricas y su peculiar estilo, dieron un concierto que combinó lo festivo con lo reflexivo. Temas con liricas crudas, que trajeron una dosis de crítica social envuelta en ritmos pegajosos.
- Hombres G, iconos del pop-rock español, desataron una oleada de nostalgia con clásicos como «Devuélveme a mi chica» y «Venezia», atrayendo a un público de diversas generaciones.
- La Derecha, representantes de la escena local, aportaron un sabor colombiano al festival, demostrando que Bogotá tiene una vibrante escena musical.
- Omara Portuondo, la diva del Buena Vista Social Club y leyenda viviente del son cubano, ofreció uno de los momentos más emotivos del festival. A sus 90 años, su interpretación fue un tributo a la historia de la música cubana y una celebración de su legado en la música mundial. Canciones como «Veinte años» y «Dos gardenias» transportaron al público a las raíces del bolero y el son.
- Los Mirlos, pioneros de la cumbia amazónica, pusieron a bailar a todos los asistentes con su inconfundible sonido psicodélico. Con éxitos como «La danza de los Mirlos», la banda peruana ofreció un viaje sonoro que conectó a los asistentes con la música tradicional de la selva amazónica.
- The Skatalites, exponentes del ska mundial, llenaron de energía el escenario. La banda jamaicana, que ha influido a generaciones de músicos, tocó clásicos como «Guns of Navarone» y «Rock Fort Rock», haciendo que el público bogotano se entregara al ritmo bailable y contagioso del ska.
- Canalón de Timbiquí, un grupo que lleva el folclor del Pacífico colombiano al mundo, ofreció una de las presentaciones más poderosas del festival. Con su mezcla de marimba, tambores y las voces profundas de las mujeres de Timbiquí, lograron crear una atmósfera mágica que resonó con la ancestralidad y la fuerza de la música afrocolombiana.
- Juliana, con una propuesta fresca dentro del indie colombiano, sorprendió con su estilo único que combina pop, rock y sonidos alternativos. Sus letras honestas y su carisma conectaron con el público joven, consolidando su lugar en la escena nacional.
- Duplat, uno de los talentos en ascenso de Colombia, brindó una presentación llena de introspección y poesía. Su música, que combina elementos de rock alternativo y electrónica, resonó con una audiencia que aprecia la lírica y las texturas sonoras complejas.
- La Severa Matacera, banda bogotana que ha sido un referente del ska y el reggae en Colombia por más de dos décadas, prendió la fiesta con su mezcla de géneros caribeños y letras sociales. Su energía en el escenario y la interacción con el público mostraron la importancia de esta banda en la escena local.
- Andrés Correa, cantautor colombiano, trajo la sensibilidad del folk y el rock colombiano al festival. Con sus letras profundas y reflexivas, Correa capturó la esencia de la vida cotidiana y la convirtió en poesía musical, ofreciendo una pausa introspectiva dentro del vibrante cartel.
- Systema Solar, por su parte, con su fusión de sonidos electrónicos y tropicales, añadieron una dosis de frescura y modernidad, cerrando con un toque vibrante la propuesta musical del festival.
El Parque Simón Bolívar, con su vasto espacio y capacidad para albergar eventos masivos, es el escenario ideal para un festival de esta magnitud. Su ubicación en el corazón de Bogotá facilita el acceso a miles de asistentes, convirtiéndolo en el epicentro de la vida cultural de la capital. El ambiente vibrante del festival, acompañado por el entorno natural del parque, crea una atmósfera única donde la música, la naturaleza y la comunidad se entrelazan. El uso de este espacio público también resalta la importancia de integrar la cultura con los espacios urbanos, promoviendo el acceso democrático a la música.
El Festival Cordillera no solo es un evento de entretenimiento, sino un reflejo de la hermandad y diversidad cultural de América Latina. Al reunir a bandas legendarias y emergentes, y al conectar a diversas generaciones y culturas, el festival reafirma la importancia de preservar y celebrar la música en español. La tercera versión del Festival Cordillera fue, sin duda, un hito que seguirá dejando una profunda huella en la historia cultural de Bogotá.