Después de todo el suspenso que desencadenó la visita de los reporteros de Factor Metal y mi blog particular a la ciudad austral donde el 26 de abril se llevó a cabo la tercera versión de dicho evento, sólo dos cosas puedo apuntar, no de este festival en particular sino de los festivales de música en general, es una buena oportunidad para apreciar bandas internacionales célebres y una gran vitrina para conocer bandas nacionales. Este festival pudo haber sido un ejemplo de esto.
Estación metro Parque O’Higgins. Como de costumbre las ventas callejeras alusivas a las bandas que se presentarán, en especial de Megadeth. Dentro del parque del mismo nombre de la estación, queda el Movistar Arena, lugar de reunión de varios seguidores de metal que se congregaban. 13.45, listos para ver algunas bandas chilenas y por supuesto la que tanto ansiábamos ver, Voïvod. Infortunadamente por políticas internas del festival y las acreditaciones, llegamos cuando los canadienses se despedían. “End of Disclosure” abría la presentación de los alienígenas del death metal; 10 años después de haberlos visto por primera vez en Bogotá. El show contaba con una réplica en tamaño humano de un alien y con un club de fanáticos que posteriormente entregarían la bandera nacional. A pesar de haber batallado casi todo el evento por los problemas de sonido, Hypocrisy tocaba con todo su poder.
Mientras se alistaban los otros suecos, nos fuimos un rato para hablar con otros medios internacionales en la sala de prensa del evento, no había otros. Preparados para la Carnicería de las almas que dejaría At the Gates; tocaron temas de sus 4 discos, en especial del disco 1995 y Thomas Lindberg tuvo tiempo de mencionar unas palabras referente al regreso de los Dark Angel (incluso de cantar con los chilenos de Pentagram en uno de los escenarios nacionales). Tiempo para la prueba de sonido de Dark Angel, tiempo para salir del escenario principal. Primeramente, visitamos los diferentes stands de mercadería habitual; llamó mucho la atención la editorial ediciones B que tiene varios títulos de música chilena en general y también de metal, sus personajes, discos y crónicas en general.
Finalizamos nuestra visita con el gran retorno de Dark Angel y por supuesto, para admirar toda la maestría de Gene Hoglan en la batería. En nuestra opinión, el mejor sonido en vivo de todas las bandas que vimos, incluso siendo una banda que no había tocado en años y con un sonido contundente de la banda como tal, qué devastador regreso, que profundidad de sonido, que buen espectáculo. Esta fue nuestra corta visita a un festival joven que se realiza al sur de nuestro continente americano.