El pasado 24 de mayo llegaron a Bogotá desde la Ciudad de Tumba (Suecia), Amon Amarth. Por fin había llegado el día, Se llenaron las calles alrededor del Royal Center, como vigías esperaban la voz de alarma de que se abrían las puertas del teatro. El sol se desdibujaba, el teatro comenzaba a llenarse como una gran horda vikinga.
Ya en el teatro los asistentes se movían contra el escenario con el fin de estar frente a frente con la banda y sin mucho espacio para moverse el tiempo que pasaba se hacía difícil precisar en que instante la banda sube al escenario.
El poder de los 5 vikingos se hacía sentir con un arpegio de teclado que termino en un poderoso riff, se ilumino la tarima, era «Father of the wolf». El público alzo la voz, levantaron los cuernos y comenzó el pogo como un ritual de iniciación, las dos guitarras, el bajo y la voz volean mecha (vulgarmente hablando) al tiempo.
El sonido dominó la voluntad de los asistentes, dejándose llevar por el poder de la banda, sus brazos se levantaban a ritmo de Deceiver of the Gods canción homónima al álbum, la fanaticada estaba extasiada al comenzar Dead in Fire, la fuerza en las guitarras y el detalle melódico, un clásico del 2002 que la gente cantó, siguieron con Live for the Kill y As Loke Falls nos sorprendió, con esa velocidad en las guitarras, y esos punteos con atmósfera victoriosa, nos hizo sentir la batalla entre Loki y Thor.
No todo es velocidad, We Shall Destroy con luces amarillas y Fredrik Andersson (Baterista) mantuvo un ritmo delirante, giros y más giros entre los platillos; demasiado poder como para hacernos cabecear y saltar. La gente gritaba, terminada la canción se habían apagado las luces del escenario apareció Johan Hegg desafiando la ley seca, tomándose una águila. Dice que somos unos putos fans.
Continuaron con Guardians of asgaard canción más amenazadora que la anterior, Shape Shifter con tintes black mostrando un riff-«cabalguero» y Warriors of the North, vuelven y arrasan, avivan al público como fuego y siguen con Runes to My Memory (del disco With oden on our side) con riff bien marcados. posteriormente Varyags of Miklagaard donde el royal center vibró por los saltos de sus espectadores, continuaron con The last stand of frej y Destroyer of the universe, cabezas en circulos, puños arriba y un pogo acompañó el canto del público.
Johan Hegg:» Bogotá… Bogotaaaaaaaaaaa can you hear….. the cry… of the blackbirds» descontrol total en el Royal Center en los solos de guitarra, Johan Hegg decia: » podemos gritar juntos» y lo que pasó después mostró porque Johan Hegg nos llama: “crazy colombian vikings”.
War of the Gods, palazo del pasado álbum Surtur Rising, que puso histérico al público. La velocidad y el sonido épico cierran el concierto con Twilight of the thunder god.
Al terminar la canción Johan Hegg (voz) dice: «muchas gracias Bogotá, Buenas noches Bogotá, ustedes tiene una puta energía, muchas gracias». (Y hace una reverencia). Ted Lundström (bajo) y Olavi Mikkonen (guitarra). Regalan picks mientras Johan Hegg muestra la bandera de Colombia con el nombre de la banda estampada que fanáticos de la banda lanzaron al escenario. El público colombiano los aclamaba gritando “¡oe, oe, oe, oe, Amon!.
Se puede decir que Bogotá vivió Una verdadera muestra de poder vikingo gracias a las mas grandes bandas de Suecia. Agradecemos a los organizadores del concierto Backline America Corporation por la calidad del sonido, la logistica y el cumplimiento de los tiempos y esperamos que este años tengamos mas conciertos tan buenos como este.
fotografia por: Carol Otalora