El festival Rock al Parque 2023 ha demostrado una vez más por qué es uno de los eventos musicales más esperados del país, ofreciendo una experiencia vibrante y llena de energía. Mas de 390.000 asistentes se dieron cita en el Parque Simón Bolívar, para la edición numero 27, en la cual se presentaron bandas de variados géneros musicales y que ofrecieron destacadas actuaciones.
La calidad de las bandas nacionales ha continuado su esperado ascenso, y meritorio llamado. Bandas debutantes y que son novatas en estas lides, demostraron de lo que están hechas y brindaron espectáculos a la altura de la situación, tal es el caso de Las Guaguas del Pank y Poison The Preacher, Al igual que lo hicieron bandas curtidas en estas lides como Tears Of Misery, Eshtadur, Info, Los Suziox y Ataque de Pánico, En general la representación nacional de esta edición, ha dejado la vara alta para las agrupaciones que serán elegidas en próximas convocatorias
Es totalmente claro que los tiempos han cambiado, y los asistentes actuales son totalmente diferentes a los del origen del festival. Así muchos critiquen el porque la inclusión de otros géneros; el festival ya no tiene ni tendrá de rock sino el nombre, y continuará de ahora en adelante, siendo un menú que tiene géneros musicales para todos los gustos y sabores.
Una clara demostración de la tolerancia de la audiencia se vio con la banda «Sonido gallo negro«. Banda que recibió mucha crítica y resistencia cuando fue anunciada en el cartel. Hace unos 10 15 años, simplemente al tocar la primera nota hubiera sido recibida con rechiflas; lluvia de botellas y de monedas. Pero en el 2023, la gente estaba aplaudiendo. Causó sorpresa, el momento cuando la banda tuvo un breve fallo técnico, y lejos de recibir chiflas y botellas, la gente empezó a aplaudir y cuando regreso el sonido, la gente grito y aplaudió aun con más fuerza. Otro de los momentos algidos, fue el show de los Petit fellas. A pesar de criticas por su convocatoria y la ubicación en la parrilla de presentaciones, a la plaza no le cabía un alma mas y el recibimiento fue ensordecedor.
Solo por citar un par de ejemplos, es radical el relevo generacional de la audiencia y el cambio de espectro musical y cultural que ha tomado el festival a cargo de los curadores y del gobierno distrital. Asi que a recibir estas nuevas propuestas y verle el lado bueno al asunto, nunca esta mal abrir el espectro sonoro y recibir nuevas alternativas musicales, a dejar la amargura de lado y verle el lado positivo al asunto
Gracias a la masiva asistencia; se sigue reafirmando la importancia del «festival gratuito al aire libre más importante de Latino américa».
A resaltar:
No solo la música fue protagonista, también los artistas y emprendedores, al contar con una zona de emprendimiento donde se conseguía ropa, música y artículos para todos los gustos. Aspectos como la limpieza de los escenarios y del parque en general al ingresar a cada jornada es de resaltar, muchas gracias al personal logístico y de limpieza, quienes se esforzaron por mantener cuidado y en optimas condiciones las instalaciones del parque.
Lo Malo
No todo fue perfecto, lastimosamente el festival sigue sufriendo de algunas fallas que todos los años vuelven a tomar relevancia, la infame «zona vip» sigue existiendo y cada año es criticada por los asistentes que no solamente son de la ciudad sino de los que viajan desde diferentes partes del país y ven frustrada la oportunidad de estar cerca de los artistas. Al igual que las bandas, en las que fue notable la decepción de no contar con la energía del publico de una forma mas cercana. Esta zona cada vez es mas criticada, pues su origen se presta para el «pago de favores» a invitados por parte de los organizadores y patrocinadores, y que aparte de alejar al publico general, complica la labor de la prensa, que busca documentar las incidencias del festival.
Esperemos se hagan correctivos para la edición 2024, en la que esperamos volverlos a ver y disfrutar de lo mas importante, la musica
